La enseñanza de las lenguas extranjeras ha
sufrido varios cambios a lo largo de la historia de la educación, desde el
cambio del francés por el inglés como la lengua más impartida como la
importancia que recibe la literatura y la cultura dentro de las aulas. Esto
sumado a que ni los propios políticos sabían en muchos de los casos como
organizar el currículum de las lenguas extranjeras ha producido que estos
cambios solo hayan servido para el mal funcionamiento de la enseñanza de
lenguas en España. En esta entrada se va a hablar principalmente de tres
puntos: el énfasis en la fluidez frente a la corrección; la presencia de la
literatura y la cultura en las aulas; y los continuos cambios de las leyes y
sus posibles consecuencias.
En primer lugar, se puede destacar dos
partes importantes de la historia en relación al énfasis en la fluidez del
alumnado. Ya en 1900, con el Prólogo de la Reforma del plan de estudios de la
segunda enseñanza, se puede observar que el uso del idioma extranjero
impartido ya estaba siendo obligatorio desde el principio en las aulas,
produciendo un uso gradual por parte no solo del profesorado sino también del
alumnado. En la Ley General del 70 se puede leer: “esencial el desarrollo integrado
de las cuatro destrezas básicas, insistiendo en la comprensión auditiva, la
comprensión lectora y la expresión oral y no tanto en la expresión escrita
atendiendo asimismo a la fluidez por
encima de la corrección, aunque sin olvidar el papel de la gramática.” (Bouzada,
29) A través de estos dos momentos de la historia de la enseñanza de las
lenguas extranjeras se puede ver que con el tiempo el uso de la lengua
extranjera en aula cada vez era mayor y se hacía hincapié en que el alumnado
fuese capaz de defenderse en el idioma, dejando un poco de lado la perfecta producción.
Sin embargo, en la actualidad, parece que la corrección sigue teniendo más
importancia que la fluidez, provocando dificultades en el aprendizaje del
alumnado, quien le da miedo expresarse en una lengua extranjera por temor a
cometer errores gramaticales o de pronuncia. En mi propia experiencia, he vivido
estas dificultades, ya que el profesorado estaba más preocupado por la
gramática y las listas interminables de vocabulario que por que yo fuese capaz
de expresarme en inglés o francés, provocando que tuviese temor por hablar en
otro idioma ya que no tenía ni la experiencia ni la práctica. En mi opinión,
como se recoge en la Ley General del 70,
el profesorado debería dar importancia a las cuatro destrezas básicas de cada
idioma extranjero combinándolo con el aprendizaje de la gramática y el
vocabulario, pero siempre de una forma más práctica, permitiendo al alumnado
aprender en un contexto determinado y practicando esos nuevos conocimientos de
una forma activa y real.
El aprendizaje dentro de un contexto está
muy relacionado con el segundo punto que quiero tratar en esta entrada y es la
presencia de la cultura y la literatura en las aulas de lenguas extranjeras. Como
se puede ver en la historia de la evolución de la enseñanza de lenguas
extranjeras, en el año 1957 se recogía
que era primordial el estudio del idioma a través de una obra de un autor
destacado para así poder perfeccionar la expresión del alumnado en ese idioma. Asimismo, en la Ley General del 70, sigue presente la literatura y el estudio de la
cultura de la lengua extranjera para un aprendizaje más completo. Centrándonos
en la actualidad, la cultura sigue un poco presente en las aulas como se puede
observar en el currículum de la LOMCE, donde uno de los bloques destinados a la
primera lengua extranjera es: Conocimiento de la lengua y consciencia
plurilingüe e intercultural. A pesar de
ello, la cultura, y especialmente la literatura, son apartadas a un segundo
plano en las programaciones de aula de la mayoría de los institutos y colegios
posiblemente porque en la actualidad, como ya se dijo antes, tienen más
importancia la gramática y el vocabulario. En mi opinión, esto es un error, ya
que la cultura y la literatura son esenciales para comprender y aprender de una
forma más fluida y directa el nuevo idioma ya que se está estudiando dentro de
un contexto específico y no de una forma abstracta. Por este motivo, ambas
deberían tener una mayor presencia en las aulas para la mejora del aprendizaje. Aquí os dejo un artítulo de Xosé Manuel Cid que recoge la importancia de la enseñanza de la cultura y un ejemplo de forma de impartirla.
Por último, otro de los puntos que debería
destacarse es los continuos cambios de leyes que se han sufrido desde el
principio del siglo pasado, en especial en la actualidad. Parece ser que
nuestros políticos son incapaces de ponerse de acuerdo y cuando nos encontramos
con un cambio de partido, este decide poner su propia ley educativa produciendo
cambios en el sistema que lo único que hacen es dificultar el trabajo del
profesorado que tiene que estar continuamente adaptándose a las nuevas directrices.
Además, esto dificulta el aprendizaje del alumnado quien un año empieza a
estudiar griego y al año siguiente esta asignatura es eliminada del currículum
provocando que tenga que empezar de cero
una nueva materia.
En conclusión, parece que las leyes en vez
de ir hacia delante están yendo hacia atrás, dejando de lado cosas importantes
que en el pasado estaban muy presentes en las aulas, o al menos en las leyes
que las regían. Por este motivo, creo que se debería aprender en algunas cosas
del pasado y aplicarlo en la actualidad para una mejora de la educación y del
aprendizaje de nuestro alumnado.
¡Buenas tardes, Álex!
ResponderEliminarEnhorabuena por tu entrada, creo que has tocado tres temas muy interesantes, que reflejan los diversos cambios legislativos que se han llevado a cabo hasta el día de hoy. Me gustaría destacar el punto de la importancia de la fluidez por encima de la corrección, con el que estoy totalmente de acuerdo contigo. Creo que hoy en día se le da demasiada importancia a la corrección, impidiendo de esta forma que el alumnado se decida a hablar por temor a equivocarse. Corregir lo que está mal es necesario, pero no primordial a la hora de aprender una lengua extranjera. Si esto no cambia, lo único que conseguiremos es que el alumnado no se atreva a hablar una lengua extranjera y, por lo tanto, no sea capaz de mejorar su fluidez y confianza en sí mismo. Espero que como futuros docentes podamos llevar a cabo prácticas que mejoren este aspecto y que animen al alumnado a hablar sin tener en cuenta, excesivamente, los errores. Si no le damos importancia a que un extranjero hable perfectamente español, tampoco deberíamos hacerlo cuando nosotros no hablamos perfectamente otra lengua.
¡Un saludo!
Muchas gracias por tu comentario María. Ya tenemos nuestra primera misión como docentes y es intentar cambiar esta práctica y darle mayor importancia a la fluidez.
EliminarUn saludo